Pastel de zanahoria, apio y avellanas
Saludos a tod@s! Tras un parón de un par de añitos largos en los que han pasado muchas cosas y he subido pocas o poquísimas recetas -los esfuerzos llegaron hasta la trastienda del blog únicamente-, comienza ahora la versión 2.0 de A pinch of Cumin (anteriormente Cuisine Design).
Todo iba fenomenal hasta entonces…, iba seleccionando recetas que me llamaban la atención, cocinando, haciendo mis pinitos con las fotos y la postproducción… hasta que las circunstancias de la vida me condujeron a adentrarme en la senda del aprendizaje del alemán… y fue entonces cuando se abrió una nueva dimensión que descolocó todos los patrones a los que estaba acostumbrada: la cabeza se tenía que acostumbrar a funcionar de otra forma, tenía que hacer recuento mental de las posiciones de las palabras en la frase a la vez que hablaba, un trozo de verbo adelante, otro atrás… en fin, una alquimia de idioma, que he de reconocer que es divertido de aprender (hoy lo veo así, esto va por días 🙂 ) a la par que muy muy laborioso y sin duda, una carrera de fondo.
El hecho de retomar el blog no significa ni mucho menos que ya me defienda como gato panza arriba con los germanoparlantes. Mi capacidad verbal debe de andar ahí ahí con la de un niño de 2-3 años, pero había que echar el freno y diversificar, así que cumplido el objetivo de un nivel para la supervivencia básica, abro de nuevo la veda de las recetas ricas con este pastel de zanahoria, que me dejó eclipsada desde que lo probé en casa de mi familia política (gracias Carmen, Guillermo y Eduardo por la receta!) y lo repito siempre que tengo oportunidad. Aviso antes que nada que puede resultar muy adictivo ;-).
Sin más dilación, allá vamos, manos a la obra!
Ingredientes (4 personas)
3 zanahorias medianas
4 ramas de apio
200ml de tomate natural pelado (lata o bote)
100gr de harina de trigo (o 115 gr de pan rallado)
115gr de avellanas tostadas molidas
1 huevo
1 diente de ajo
2 cucharadas de salsa de soja
2 cucharadas de aceite de oliva (yo he usado vírgen extra)
2 cucharadas de cilantro fresco picado (o 1 cucharadita de cilantro seco molido)
1 cucharada más de harina de trigo
Sal y pimienta
Elaboración
Pon a calentar el aceite en una sartén, pica el ajo en cuadraditos pequeños y rehógalo. Trocea el apio como si fuera un salchichón en “lonchitas” de aprox. medio cm de espesor. Cuando el ajo empiece a estar doradito, añade el apio troceado y rehoga durante unos 3-4 minutos.
Añade la cucharada de harina a la sartén y remueve durante 1 minuto aprox. Escurre el tomate, tritúralo y añádelo a la sartén. Remueve hasta que espese, unos 2-3 minutos y retíralo del fuego.
Pela y ralla las zanahorias. Ponlas en un bol junto con la harina o pan rallado (reservando 1 cucharada), la salsa de soja el cilantro y las avellanas molidas. Añade la mezcla de la sartén (ajo, apio y tomate) y remuévelo hasta que se integre.
Déjalo enfriar unos 10 minutos mientras se precalienta el horno a 180ºC. Añade un huevo a la mezcla (puedes batirlo antes o directamente mientras remueves) y salpimienta al gusto. Engrasa un molde tipo bizcocho (yo en este caso he usado los de flan, es bastante versátil), vierte la mezcla y nivélala. Hornéalo a 180ºC durante aproximadamente 1 hora, dependiendo del tamaño de los moldes que uses.
A tener en cuenta
Yo personalmente prefiero tomarlo caliente, pero está muy rico también frío o del tiempo. Para realzar su sabor puedes aderezarlo con mayonesa o cremas de balsámico (como en la foto de abajo). También está delicioso con un chorrito de un buen aceite de oliva y vinagre balsámico.